El destino es muy astuto.
No podemos equivocarnos el camino, ni caer en la tentación, ni traicionarnos. No sabemos bien a dónde vamos, pero sabemos a dónde no debemos ir. Eso tiene que guiarnos. Las señales van a ser confusas, tal vez no sepamos en quién confiar, en qué creer. Hay que dejarse guiar por la intuición. Y confiemos. Confiemos en que podemos cambiar el destino con la única arma que tenemos. Confiemos en que con amor, vamos a poder la paz. Hay elecciones, hay caminos, hay instintos. Podes seguirlos o podes cambiarlos. Así es el destino, nos deja hacer sin preocuparse por lo que hacemos, por lo que sabemos, pero lo sabes, él lo sabe. Creemos que elegimos todo el tiempo. Nos enojamos con el destino, lo maldecimos, lo culpamos por nuestros errores. Estamos en un camino lleno de piedras, estamos para fallar, para equivocarnos, pero al final, tendremos que comprender.A veces, huyendo del Destino, vamos hacia el ¿Qué es el destino? ¿Hay que aceptarlo? ¿Estamos destinados? o ¿Es la consecuencia de nuestras decisiones y errores? ¿Si avanzamos o retrocedemos? ¿Si amamos o odiamos? ¿Si nos hundimos en la guerra o nos salvamos en la paz? Creo que asi se va haciendo eso, que nos gusta llamar: Destino.
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Gracias por tu comentario pedazo de conchu!